En las cercanías está el Monte Pindo, el Olimpo Sagrado de los Celtas.
Veremos el puerto de Corcubión de gran importancia desde tiempos antiguos. Los cronistas clásicos mencionan que la población prerromana de la comarca pertenecía a la tribu protocelta de los nerios.
Si los romanos llegaron a Fisterra (Finis Terrae) donde se situaba el Ara Solis, no puede sorprender la aparición de vestigios que dan fé de la presencia romana en Corcubión, por ser su ensenada el lugar más protegido y puerto natural de la ría. En el transcurso de la travesía pasaremos a los pies del Castillo de Cardenal que se construyó con el fin de defender la ría de los ataques del exterior en el soglo XVIII. Esta fortificación forma pareja con el Castillo del Príncipe, en la Ameixenda (Cee), situado al otro lado de la ría, permitiendo, mediante fuego cruzado, la defensa de la ensenada de Corcubión.
Toda una travesía llena de aventura, de espectacular entorno y de cultura.